De la caja de madera al sensor láser: La sorprendente evolución del ratón de ordenador

Hoy en día, es un objeto tan omnipresente que casi resulta invisible. Reposa en nuestros escritorios, un apéndice natural de nuestra mano, el puente intuitivo entre nuestra intención y el mundo digital. El ratón del ordenador es, sin duda, uno de los componentes más esenciales de la informática moderna. Sin embargo, este humilde dispositivo tiene una historia de origen fascinante, una evolución marcada por la innovación radical, la visión de futuro y una transición desde un artilugio de madera hasta el preciso instrumento tecnológico que conocemos hoy. Esta es la historia de la evolución del ratón, el dispositivo que nos enseñó a “apuntar y hacer clic”.

El nacimiento: Una “caja de madera con ruedas”

La historia del ratón comienza en la década de 1960, un tiempo en que los ordenadores eran máquinas colosales que se operaban con tarjetas perforadas e interruptores. Un visionario ingeniero llamado Douglas Engelbart, del Instituto de Investigación de Stanford (SRI), estaba trabajando en un proyecto revolucionario llamado NLS (oN-Line System), que buscaba aumentar el intelecto humano.

Engelbart se dio cuenta de que para interactuar eficazmente con la información en una pantalla, el teclado no era suficiente. Se necesitaba un dispositivo que pudiera mover un “puntero” en la pantalla de forma rápida e intuitiva.

En 1964, Engelbart y su ingeniero principal, Bill English, construyeron el primer prototipo. Estaba lejos de ser elegante: era una caja de madera tallada con un solo botón rojo en la parte superior y dos ruedas metálicas perpendiculares en la parte inferior. Una rueda seguía el movimiento en el eje X (horizontal) y la otra en el eje Y (vertical). El cable salía por la parte trasera, lo que llevó al equipo a apodarlo “ratón” (mouse) porque parecía una cola.

El mundo vio por primera vez este dispositivo en 1968, durante la legendaria presentación de Engelbart conocida como “La Madre de Todas las Demos” (The Mother of All Demos). En 90 minutos, no solo demostró el ratón, sino también la interfaz gráfica de usuario (GUI), el hipertexto, la edición de texto en tiempo real y la videoconferencia. El mundo de la informática cambió para siempre, aunque tardaría más de una década en asimilarlo.

La perfección mecánica: La bola de Xerox PARC

Rstón del Xerox Alto. El primero en usar una bola en lugar de ruedas externas.
Michael Hicks from Saint Paul, MN, USA, CC BY 2.0 , via Wikimedia Commons

El diseño de Engelbart era brillante pero tosco. Las ruedas se ensuciaban y no se deslizaban suavemente. El siguiente gran salto se produjo en la década de 1970 en el legendario centro de investigación Xerox PARC (Palo Alto Research Center).

Bill English, que se había mudado de SRI a Xerox PARC, refinó la idea. En 1972, sustituyó las dos ruedas externas por una única bola de acero (más tarde de goma) que podía girar en cualquier dirección. Dentro del ratón, unos rodillos perpendiculares tocaban la bola y transferían su movimiento a unos sensores que registraban los ejes X e Y.

Este “ratón de bola” (o ratón mecánico) se convirtió en el componente estrella del Xerox Alto (1973), el primer ordenador del mundo en utilizar una metáfora de escritorio y una GUI completa. Aunque el Alto nunca fue un producto comercial masivo, fue la inspiración directa de todo lo que vendría después.

La popularización masiva: Apple y la conquista del escritorio

Ratón clásico beige de un solo botón creado por Apple.
Foto cortesía de freeimages.co.uk

El ratón seguía siendo una curiosidad de laboratorio hasta que un joven Steve Jobs visitó Xerox PARC en 1979. Quedó instantáneamente fascinado por la GUI y el ratón, viendo en ellos el futuro de la informática personal.

Apple licenció la tecnología y se propuso dos objetivos: hacerla fiable y, sobre todo, barata. El ratón de Xerox costaba cientos de dólares; Apple necesitaba uno que costara menos de 20.

  • Apple Lisa (1983): Fue el primer ordenador comercial en venderse con un ratón como componente estándar. Rediseñaron el ratón de Xerox, simplificándolo a un solo botón, una decisión de diseño que definiría a Apple durante décadas.
  • Apple Macintosh (1984): Este fue el verdadero punto de inflexión. El “Mac” no solo incluía un ratón; su sistema operativo exigía uno. Era imposible de usar sin él. El Macintosh y su carismático ratón beige de un solo botón introdujeron a millones de personas en la informática gráfica.

Durante los siguientes 15 años, el ratón mecánico de bola dominó el mercado. Microsoft adoptó el ratón para su sistema operativo Windows y el estándar de dos botones (a veces tres) se popularizó en el mundo PC. El único “mantenimiento” que requería era abrir la compuerta inferior y limpiar la pelusa acumulada en los rodillos.

La revolución de la luz: Adiós a la bola

Ratón óptico.
Photo by gmarcelo on Freeimages.com

A finales de la década de 1990, el ratón mecánico empezó a mostrar sus limitaciones. La suciedad era un problema constante y la precisión era limitada. La solución fue eliminar por completo las piezas móviles.

Aunque los primeros ratones ópticos existían desde los 80, requerían una alfombrilla especial con una cuadrícula impresa para que el sensor pudiera orientarse. Eran caros e imprácticos.

La verdadera revolución llegó en 1999 con el IntelliMouse Explorer de Microsoft. Este ratón no necesitaba alfombrilla especial. Utilizaba un pequeño LED (generalmente rojo) para iluminar la superficie y un sensor CMOS (similar al de una cámara digital) que tomaba miles de fotografías por segundo. Un procesador de señal digital (DSP) comparaba esas imágenes para detectar la dirección y velocidad del movimiento.

Las ventajas eran inmensas:

  • Sin piezas móviles: No más limpieza de rodillos.
  • Mayor precisión: El seguimiento era mucho más exacto.
  • Versatilidad: Funcionaba en casi cualquier superficie (excepto cristal o espejos).

En pocos años, el ratón óptico desterró por completo al ratón de bola del mercado.

La era moderna: Láser, libertad inalámbrica y especialización

La evolución no se detuvo con el LED. La última década y media ha sido testigo de un refinamiento y una diversificación extremos.

El salto al láser

En 2004, Logitech (un jugador clave en la historia del ratón) introdujo el ratón láser (con el modelo MX 1000). En lugar de un LED, utilizaba un pequeño láser infrarrojo para iluminar la superficie. Esto proporcionaba un detalle de imagen aún mayor para el sensor, permitiendo una precisión (medida en DPI o Puntos por Pulgada) mucho más alta y, crucialmente, la capacidad de funcionar en superficies reflectantes como el cristal, el gran enemigo del ratón óptico.

La conquista inalámbrica

Paralelamente, los cables empezaron a desaparecer.

  1. Infrarrojos (IR): Los primeros intentos (años 80 y 90) usaban infrarrojos, pero requerían una línea de visión directa con el receptor, lo que era muy incómodo.
  2. Radiofrecuencia (RF): La tecnología RF (finales de los 90) fue la solución. Un pequeño receptor USB (dongle) se comunicaba con el ratón por radio, liberándolo del escritorio.
  3. Bluetooth: Esta tecnología estandarizó la conexión inalámbrica, eliminando la necesidad de un dongle específico y permitiendo que el ratón se conectara directamente al ordenador portátil.

La especialización

Ratón ergonómico.
Foto de Declan Sun en Unsplash

Hoy, no existe un solo “ratón”. El mercado se ha fragmentado para satisfacer necesidades específicas:

  • Ratones Gaming: Priorizan la máxima precisión (DPI altísimos), tiempos de respuesta instantáneos (baja latencia) y múltiples botones programables para macros.
  • Ratones Ergonómicos: Diseñados para combatir el síndrome del túnel carpiano y la tensión. Vemos diseños verticales que colocan la mano en una posición de “apretón de manos” más natural, así como el resurgimiento del trackball (un ratón de bola invertido).
  • Ratones de Productividad: Se centran en la comodidad y las funciones, como ruedas de scroll horizontales (para hojas de cálculo), botones de gestos y baterías de larga duración (como la serie MX Master de Logitech).
  • Ratones Táctiles: Apple reinventó su ratón con el Magic Mouse, eliminando todos los botones y ruedas físicas en favor de una superficie multitáctil que permite gestos de scroll, zoom y deslizamiento, fusionando la idea del ratón con la del trackpad.

¿Qué le depara al futuro del ratón?

Desde la caja de madera de Engelbart hasta el sensor láser Bluetooth, la evolución del ratón ha sido un viaje increíble. Pero, ¿tiene futuro en un mundo dominado por pantallas táctiles, trackpads avanzados, control por voz y gestos en el aire (como en la realidad virtual y aumentada)?

El trackpad de alta precisión casi lo ha reemplazado en los portátiles, y las tabletas y smartphones han demostrado que la interacción táctil directa es superior en muchos contextos.

Sin embargo, para tareas de precisión (diseño gráfico, edición de vídeo, hojas de cálculo complejas o videojuegos), el ratón sigue siendo el rey indiscutible de la ergonomía y la velocidad. Es un testimonio de la brillantez del concepto original de Douglas Engelbart: un dispositivo simple que traduce el movimiento de nuestra mano en un control preciso en un espacio bidimensional.

El ratón puede que ya no sea el único método de entrada, pero su legado está asegurado. Nos enseñó a interactuar con los ordenadores de una manera humana e intuitiva, y esa revolución sigue haciendo “clic” hoy en día.

Osiel Hernández Rodríguez
osielhdez597@gmail.com

Propietario de Kodyto y desarrollador web con experiencia en WordPress. Desde muy joven se ha sentido atraído por la programación y todo lo que se puede lograr gracias a ella. Actualmente se mantiene estudiando todo aquello que le pueda resultar útil en este campo y ofreciendo soluciones a problemas comunes en el ámbito tecnológico.

Sin Comentarios

Dejar un Comentario